martes, 1 de octubre de 2013

Defluxerunt


"Pero aunque el sol esté perdido, el tiempo no se detiene." - J. R. R. Tolkien

El astro me miraba doliente.
Su soberbio brillo
ausente por completo.
Buscaba latir
arrebujado por dos gigantes pinos
que le susurraban amargos cantos
en las antiguas lenguas del viento.

Pasó un delgado cirro
vidrioso y transparente.
Intentaba devolverle la gloria
o quizás consolarlo.
Se acercó en un abrazo
para multiplicar los
líquidos reflejos que aún
respiraban en su áurea frente.

El cielo sangró un poco
como por un súbito navajazo.
Macilento se ahogó el sol
en un horizonte tenebroso y azul. 
Tan frío como terrible.

Texto y foto: Lourdes Natalia Zacarías

Lugar exacto de este atardecer siniestro: http://www.flickr.com/photos/nataliazacarias/9960268103/map/